SUPONGO QUE…

glass-ball-1667668_960_720Tanto para los que han leído al respecto, como para los que nunca se han cuestionado sobre ello, y no le han visto la importancia, o aquellos que simplemente no les sobra una «repasadita», hoy mi propósito es exponer algunos de los efectos que trae el suponer en una relación, cualquiera que ella sea, en las situaciones del día a día, o en temas más profundos que puedan llevar a darle un giro sustancial a lo que hemos construido con otros.

  • Suponer cierra la posibilidad de escuchar al otro; estoy más centrado en lo que supongo que es mi verdad y lo que va a decir «porque me lo / me la, conozco», que en lo que la otra persona me está diciendo en ese momento, de tal manera que, suponiendo, verificamos «nuestras verdades» y nuestra versión de los hechos, porque «yo tengo la razón».
  • Suponer nos hace ser menos curiosos, de tal forma que, como damos por hecho tantas cosas, no preguntamos y nos quedamos sin la respuesta y solo con lo que entendimos.
  • Suponer puede conectarnos con la preocupación, ansiedad, desconfianza o miedo sin ni siquiera habernos cuestionado si lo que estamos pensando es totalmente cierto.
  • Suponer nos lleva a actuar, o más bien a reaccionar frente a una situación o persona sin dar el beneficio de la duda. Son estas reacciones, las que muchas veces nos dejan con el sentimiento de arrepentimiento o culpa.
  • Suponer nos anticipa o predispone y dificulta que vivamos el momento presente, lo que puede terminar en evitar o evadir una situación.
  • Suponer puede llevar a que no hablemos y no nos expresemos cuando lo sentimos necesario porque «eso para qué», «igual no me va a escuchar», «ya se qué es lo que me va a decir», «si le digo seguro se molesta»… esto nos limita, a veces con temor, rabia o resentimiento, y nos priva de decir lo que pensamos cuando sentimos que es valioso hacerlo.
  • Suponer se puede volver una barrera que no nos ayuda a enfrentar nuestros miedos; «para que voy a ese paseo —aunque quiera ir— si seguro va a llover y va a haber mucho tráfico»; «para qué me inscribo si seguro no me eligen»; «voy a la fiesta, pero seguro voy a estar solo toda la noche, mejor no voy».
  • Suponer, por tanto, nos quita la posibilidad de vivir experiencias nuevas.
  • Suponer nos lleva a dar por hecho que el otro «obviamente» entiende lo que dijimos y que, como entendió, va a hacer exactamente lo que estamos esperando en nuestra cabeza que haga.
  • Suponer nos lleva a alimentar nuestra parte de «experto», de «sabelotodo» y a desalentar al «aprendiz».

Cae en cuenta en qué relaciones o situaciones son las que más tiendes a suponer, ¿Qué es lo que supones? ¿Qué pasa contigo y con el otro cuando supones? ¿Qué pasaría si frente a esa suposición: preguntas, corroboras, escuchas, cuestionas, expresas, actúas? ¡has la prueba, de pronto te sorprendes!

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑